El mismo trabajo consigna que en 2001 llegaron a convivir 15 tipos de monedas en Argentina: el peso argentino y otros 14 bonos emitidos por las provincias y el gobierno nacional.
Argentina estaba en los finales de la Ley de Convertibilidad, que establecía la paridad entre el peso y el dólar e impedía emitir moneda sin reservas equivalentes en dólares. En ese contexto, Buenos Aires fue la primera provincia en tener su cuasimoneda y la que más bonos emitió. Los Patacones pagaban un 7% de interés anual y totalizaban el 35% del total de bonos emitidos en el país, según la UBA.
Sin embargo, casi a la par, el Banco de la Nación Argentina emitió las Letras de Cancelaciones de Obligaciones Provinciales, las Lecop, que tenían alcance nacional y llegaron a representar el 43% de todas las “cuasimonedas”.
Estas letras nacionales funcionaban como “una moneda paralela”, según este estudio de la UBA porque, a diferencia de los bonos provinciales, no devengaban intereses y fueron emitidos “para resolver problemas fiscales frente a las restricciones impuestas por las reglas de la Convertibilidad”.
Así, las Lecop, los Patacones y las Lecor (de Córdoba) llegaron a concentrar el 88% de todas esas “cuasimonedas” que se utilizaron para pagar parte de los salarios de empleados públicos y de las jubilaciones, entre otros gastos, pero también servían para pagar impuestos.
Dos años más tarde, en 2003, el gobierno nacional, primero en manos del peronista Eduardo Duhalde y luego de Néstor Kirchner, decidió iniciar el rescate de todas las “cuasimonedas”. Es decir, pagar su deuda de las Lecop, pero también la de todos los bonos provinciales.