En un hecho sin precedentes en nuestra región, fueron más de 32000 personas las que espontáneamente (sin etiquetar), leyeron la nota publicada en ZONA SUR “Dios Necesitaba Ángeles”. Hubo además 2213 reacciones, comentarios y veces que se compartió el artículo.
Es importante resaltar que Carmela González Leccese, mamá de Mauro, expresó en su cuenta de Facebook: “La verdad que muchas palabras no tengo para decir en este momento, pero quiero que sepan que estamos muy pero muy agradecidos a todas las personas que estuvieron presentes ya sea por mensajes, llamadas, y en persona a nuestro lado apoyándonos en este momento tan difícil y complicado para nosotros. Ya ayudaron, y no se dan una idea cuanto. Gracias y Muchas Gracias, eternamente agradecidos por todo. Cada uno de ustedes nos dio mucha fuerza para afrontar este presente injusto, porque se llevó al más grande de corazón, de vida y de alma! Gracias por el amor brindado hacia MAURITO y a todos nosotros... Él no dijo adiós, dijo hasta luego”.
Dios Necesitaba
Ángeles
Mauro, sin lugar a dudas Dios necesitaba ángeles, y al verte se quedó prendado
de tu sonrisa, por eso te llevó a su jardín de flores. Te llevó de su mano
porque le faltaba un ángel precioso.
Dios necesitaba un ángel en el cielo para estar a los pies del Salvador, y su elección debía ser el más hermoso lirio puro y dulce. Contemplando la poderosa multitud, se detuvo y recogió lo mejor. El jardín de Dios tiene que ser hermoso y por eso él siempre toma lo mejor. Nuestro ángel era su elegido y con Jesús ahora descansa. Nos rompió el corazón al perderlo, pero no se fue solo, porque partes de sus seres amados se fueron con él, en el mismo momento que Dios lo llevó a su casa.
Ojala pudiéramos dejar atrás el egoísmo, sonreír y no llorar, y darnos cuenta que por fin él es libre. Pero en los corazones de quienes lo conocimos, hay todavía una pena, una lágrima que cae indiscreta al recordarlo.
Uno siente impotencia al pensar en su juventud, en la vida que tenía aún por vivir, pero nos quedará el consuelo de saber que Dios necesitaba un ángel con urgencia, y lo llevó de esta tierra a otro cielo, donde no hay tristeza, ni dolor, ni pena.