Homenajear a nuestros extintos sirve como un legado futuro. Recordar todo el tiempo a referentes de nuestra cultura, del deporte, de la política, de la salud, de la educación nos tiene que parecer bien, porque nos enseña el camino hacia una vida más íntegra y completa. Cada persona sabe lo siente y se expresa como puede. No todos somos iguales, ni reaccionamos de la misma forma ante estas circunstancias.