El sacerdote fue condenado a 4 años de prisión efectiva por abuso sexual, tras ser considerado autor material y penalmente responsable de tres hechos, agravados por su rol como ministro de culto. La sentencia, dictada por el Tribunal de Juicio de Tartagal, incluye medidas adicionales como la extracción de su perfil genético, y la remisión de documentación a la Oficina de Gestión de Audiencias.