El uso excesivo del celular en niños y adolescentes puede generar problemas de salud física y mental, como trastornos del sueño, ansiedad, depresión, dificultades de concentración y problemas de aprendizaje. Además, puede afectar el desarrollo de habilidades sociales y emocionales. Es importante establecer límites en el tiempo de uso y fomentar actividades alternativas para un desarrollo saludable.