“¿Querés ver una llamita?”

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“¿Querés ver una llamita?”
“¿Querés ver una llamita?”

Irá a juicio un hombre acusado de rociar a su pareja con alcohol y de amenazarla con prenderla fuego

​Tras el requerimiento de elevación a juicio formulado por el titular de la Fiscalía de Distrito de los barrios de Saavedra y Núñez, José María Campagnoli, la jueza a cargo del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N°29 de la ciudad de Buenos Aires, Carina Nancy Rodríguez, elevó a juicio la investigación seguida a Leandro Tomás Anderson, de 42 años, por rociar -en dos ocasiones- alcohol etílico a su pareja y amenazarla con prenderla fuego mientras accionaba un encendedor cerca de ella.

La tentativa de femicidio, tal como fue calificado el caso por el fiscal José María Campagnoli, ocurrió entre la noche del 12 de noviembre pasado y la madrugada del 13 en el interior del departamento que la víctima compartía con su agresor en el barrio porteño de Núñez.

De acuerdo con la acusación, los hechos tuvieron lugar entre la noche del 12 de noviembre pasado y la madrugada del día siguiente en el interior del departamento que ambos compartían desde hacía siete meses, en la calle Manuela Pedraza al 2300, en el barrio porteño de Núñez.

Según las pruebas recogidas en la investigación, en la tarde de aquel día Anderson llegó enojado a la vivienda, tomó el celular de la víctima, lo revisó, borró todos los chats y comunicaciones y bloqueó su propio contacto, con la justificación de que la relación -de dos años y nueve meses- había terminado. Tras ello, le reprochó haberle prestado dinero para que comprara -junto a su hermana- el departamento que habitaban.

De acuerdo con su declaración, ante esta situación y para evitar que el conflicto escalara, la víctima se fue a la habitación para dormir. Alrededor de las 23.00, Anderson entró al cuarto y le espetó: “¿Te creés que no soy capaz?”. Y le roció una botella de alcohol -que había encontrado en el baño- sobre su rostro, pelo y tórax. Luego, tomó unos fósforos y le dijo: “¿Querés que probemos? Prende rápido, con una chispa ya está”, y le tiró la caja de cerillas.

Las dos botellas de alcohol fueron secuestradas en la investigación. Foto: Fiscalía de Distrito de los barrios de Saavedra y Núñez.

​La mujer relató que luego de ello se metió en el baño, se cambió la ropa mojada y se enjuagó el alcohol, y escondió los fósforos. Contó que, minutos después el imputado la volvió a rociar con alcohol y le acercó un encendedor prendido mientras le decía, en tono desafiante: “¿Querés ver una llamita?”.

La víctima explicó que en la madrugada Anderson siguió amenazándola, mientras entraba y salía de la habitación y que, como no encontraba el encendedor, se ofuscó y le ordenó que apareciera el mechero porque si no prendería fuego todo. La mujer narró que, tras ello, el hombre tomó un papel y fue hacia el lavadero para intentar encenderlo con la llama del calefón, pero no pudo hacerlo porque no llegaba hasta el fuego.

Dijo que, para calmarlo, buscó el encendedor y se lo entregó, y que Anderson se puso más violento y empezó a romper cosas del departamento, mientras volvía amenazar con prender fuego el lugar. En ese contexto, relató, Anderson la tomó por el cuello e intentó ahorcarla. Añadió que su agresor fue luego en búsqueda del alcohol, y que ella aprovechó para huir de la vivienda, tras lo cual pidió auxilio a su hermana -que vive en la zona- y dieron aviso a la policía.

“La finalidad de causar la muerte de su pareja”

En enero pasado, el fiscal Campagnoli le solicitó a la jueza Rodríguez la elevación a juicio de la investigación seguida contra Anderson como autor de “homicidio doblemente agravado por haberse cometido contra su pareja y en un contexto de violencia de género, en grado de tentativa”, delito que prevé una pena de entre 10 y 15 años de prisión.

En su requerimiento, el representante del Ministerio Público Fiscal indicó que “la conducta de Anderson tuvo la finalidad de causar la muerte de su pareja, pues intentó asfixiarla y también la amenazó de manera constante con prenderla fuego y la roció, en dos oportunidades, con alcohol etílico, acercándole luego un encendedor, el que accionaba y llegó a prender cerca de ella”. En tal sentido sostuvo que “el medio empleado era idóneo para provocar su muerte, en tanto el alcohol etílico que arrojó sobre su víctima era altamente inflamable por su concentración de etanol y Anderson roció con ese producto la ropa que ella llevaba puesta, su cabello y su rostro”.

También destacó los resultados del peritaje practicado sobre la ropa que vestía la víctima por el personal del Departamento Laboratorio Químico de la Superintendencia de Policía Científica de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires, que evidenció la presencia de alcohol etílico.

El fiscal Campagnoli puso de relieve que Anderson se comunicó con su víctima, mientras estaba detenido, e intentó que cambiara su testimonio para que lo dejaran libre, lo cual evidenciaba “el nivel de comprensión -y de manipulación- de la situación que atravesaba como consecuencia de su comportamiento”.

El fiscal señaló que los hechos y el testimonio de la víctima deben ser valorados teniendo en cuenta la ley N°26.485, de Protección Integral a las Mujeres, cuyos artículos 16 y 31 “establecen que los organismos del Estado deberán garantizar a las mujeres el derecho a la amplitud probatoria para acreditar los hechos denunciados, teniendo en cuenta las circunstancias especiales en que se desarrollan los actos de violencia y quiénes son sus naturales testigos”.

El representante del MPF indicó además que “este intento de homicidio tuvo un contexto que agravó severamente el hecho y permite concluir que, en realidad, se trató de un intento de femicidio”.

Consideró que las pruebas y testimonios recabados “expresan con crudeza la existencia de una relación de pareja en la que el imputado ejerció constante violencia de género sobre la damnificada, circunstancia que permite valorar el hecho y la relación a la luz de las enseñanzas de la ley 26.485 -Ley de Protección Integral a las Mujeres-, que en sus artículos 4 y 5 define lo que se entiende por violencia contra la mujer y los tipos de violencia que la comprenden: física, psicológica, sexual, económica, patrimonial y simbólica”.

La jueza Rodríguez admitió el pedido de la fiscalía, formalizó la clausura de la investigación y elevó las actuaciones para que se realice el correspondiente debate oral y público.

La mujer narró que, cuando su agresor se dio cuenta de que le había escondido el encendedor, tomó un papel y fue hacia el lavadero para intentar prenderlo con la llama del calefón, pero no pudo hacerlo porque no llegaba hasta el fuego.



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