"Si eres de los que dicen AMO PINK FLOYD, PERO NO SOPORTO LA POLÍTICA DE ROGER, harías bien en irte a la mierda". Así empezó el show. Después repudió el genocidio sionista sobre el pueblo palestino y llamó a resistir contra el capitalismo y el fascismo. Roger siempre plantea su posición política: anticapitalista, anticolonial, antipatriarcal, antifascista. Siempre aparecen esas temáticas a lo largo de todo el show
Después, es difícil de plasmar en palabras el sonido que metió Roger Waters. Por momento te mareaba lo aplastante que era. Ni hablar de las pantallas con imágenes superpuestas 3D en vivo y el show de luces, fuegos artificiales y láser. Vale cada centavo, además del cerdo revoloteando por todo el estadio en Run like hell (The Wall) y la oveja en Sheep (Animals).
El primer tema fue “Confortably Numb”, y se vio a Roger sentado en una silla cantándole a muñeco con chaleco de fuerza en silla de ruedas. Después de eso se vino “The Happiest Days of Our Lives”, el prólogo de “Another Break in the Wall” en sus dos capítulos, haciendo despabilar al público que de a poco iba entrando en clima y se sorprendía con los primeros fuegos artificiales que salían del escenario.
Waters se calzó la guitarra para hacer “The Power That Be”, tema de su segundo disco solista “Radio K.A.O.S.” y se escucha la primera interacción con la gente con un tímido “Buenos Aires!”. Pegado a eso se vino “The Bravery of Being Out of Range”, pero esta vez desde el piano. Lo que siguió para cerrar momentáneamente el bloque solista fue “The Bar”. No sin antes, hacer mención al rechazo que recibió de parte de los hoteles que no lo quisieron hospedar “porque se ve que no están a favor de los derechos humanos”.
Después de eso, se vino el momento Floydiano para los fanáticos más grandes: “Have a Cigar” sonó en una versión más que power y en las pantallas se veían las primeras imágenes de la noche de Syd Barret, el primer cantante, fallecido en 2006. A todo esto, Waters ya se había calzado su clásico bajo negro por primera vez en la noche para presentar un tema que data de la época que estudiaban junto a Syd Barret en Cambridge y tenían una banda llamada “Sigma 6″: “Wish you Were Here” y el fantasma del malogrado Barret sobrevoló Nuñez más alto que nunca, cuando en la mitad del tema las luces se prendieron y la gente estalló en una ovación estuendosa. No hubo respiro para que “Shine on your Crazy Diamonds” haga cantar a la gente, que si bien se caracteriza de ser un público tranquilo, no podían contener la emoción.
Momento de un parate para que Roger descanse y la gente se distraiga un poco viendo lo que pasaba en Brasil con el partido de la Selección Argentina y para los primeros cantitos de la noche “El que no salta, votó a Milei”, haciendo saltar a algunos, no a todos, que mostraban firmes su postura y se quedaban estáticos en el lugar.
“In the Flesh” (con un catártico Waters entrando con chaleco de fuerza y en silla de ruedas) y el enérgico “Run Like Hell” ya con Waters de pie luciendo una remera blanca con el título de la canción escrita con la tipografía de The Wall.
Lo que siguió fue “Deja Vu”, de su disco solista “Is This the Life We Really Whant?”, y alguno habrá pensado que era otro mensaje político adrede, a un país que viene de elegir a sus gobernantes, pero no. Este tema ya es un clásico de sus repertorios.
Llega el bloque “The Dark Side of The Moon” y “Money” es el primer tema. Las pantallas mostraban distintos productos del capitalismo y un cerdo orinando billetes, todo muy Watersiano. “Us and Them” fue otro de los momentos cumbres de la noche con un solo de saxo impecable y la banda que sonaba más que afilada convirtiendo en uno más a Roger, esta vez con guitarra acústica. “Brain Damage” limpiaba el cielo de Buenos Aires y dejaba ver el lado no tan oscuro de la luna, la lluvia parecía haber quedado muy atrás. Las luces del arco iris se disparaban desde el escenario por encima de toda la gente, emulando la tapa de aquel disco de 1973.
El último tema, antes de agradecerle a la gente que viajó de distintos lugares del país para verlo, fue dedicado a Bob Dylan, por haber sido gran fuente de inspiración en algunas de sus canciones.