Una de nuestras más asiduas lectoras nos mandó una carta en donde nos manifiesta su interés por dar a conocer su dolorosa vivencia en este acaecimiento histórico para la Argentina. También nos pidió no publicar su nombre.
“En este día de la Memoria, me gustaría compartir el recuerdo de lo que me tocó vivir y responder a la pregunta: ¿ya no tenemos que rememorar está fecha? Pregunta que al responderla, nos divide.
Recuerdo que iba a cuarto grado de primaria en el turno tarde. Desde la ventana de mí aula veía los restos de un avión Hércules que humeaban. Los terroristas habían puesto una bomba en la pista de aviación para hacer explotar el avión con soldados. Eran jóvenes mendocinos que volvían a casa, la mayoría conscriptos de 18 años. Muchos de ellos murieron.
También recuerdo ver el cajón del hijo único de una madre sola, vecina de casa, al que encontraron muerto en la rotonda del Parque 9 de Julio de Tucumán. Estaba todo su cuerpo lleno de hematomas, su cabeza tapada con una bolsa de plástico, con signos de haber sido asfixiado.
Con estas dos imágenes en mi mente de niña, veo dos bandos de una guerra dolorosa.
Claro que duele el recuerdo.Hubo bajas por ambas partes. Pero... Se veía claramente la diferencia entre ambos bandos: los terroristas mataban, si, a los militares, si, con armas, con bombas.
Los militares también mataban, pero antes torturaban con suma crueldad. Lo que más dolía era que quienes torturaban no eran los conscriptos, eran los oficiales especialistas. Lo hacían para que delataran a sus compañeros.
En suma, un horror.
Yo no quiero recordar, los recuerdos me duelen, pero tampoco quiero que se repita. Por eso, aunque me duela quiero seguir conmemorando lo que pasó para que no se vuelva a repetir”, concluyó.