En las calurosas soledades de Anta, la mujer gaucha resiste en su puesto ganadero a la vieja usanza, en El Destierro, a 100 kilómetros al sur de J. V. González. Se accede al lugar por la Ruta Provincial 41, que algún gobierno aseguró haber pavimentado. Rodeada hoy de explotaciones intensivas, Teresa quedó como la heredera de “El Mocho”. La historia de su anclaje la resume así:“Al morir mi papá no me quedó otra que mantener el legado, presente aquí por cuatro generaciones. Nuestra familia tiene registros desde 1920”, indicó.
Teresa, que habita en soledad ese rancho de quebracho y adobe, relató que hasta 2020 todo era normal.“Con la pandemia aparecieron los cuatreros. Ya no eran aquellos que robaban uno o dos animales era una asociación de delincuentes con logística, camiones, inteligencia y la colaboración de algún poder”, denunció.
Fuente: El Tribuno