Para ellos, el respeto y el amor por la mujer no se mancha por algo pasajero, lo que conduce a que no reconozcan la intimidad con otra persona como una traición hacia la pareja. Esta concepción puede estar vinculada con pautas culturales, según revelan diversos estudios sobre el tema, donde el hombre aparece como el sujeto actuante, aquel que es capaz de tomar la iniciativa, lo cual conlleva a una especie de disociación entre la emoción y la razón. Para los expertos este tipo de pensamiento fue alimentado desde tiempos remotos, bajo la creencia de que la infidelidad de un varón le otorga el verdadero sentido de la masculinidad, mientras que contrariamente, la de una mujer la descalifica.
Pero como para adentrarnos un poco más en el tema, repasemos algunos puntos interesantes:
Mitos y excusas
Los mitos y las excusas del infiel suelen ser diversos y oscilan entre la simple irrupción de un tercero hasta una supuesta acción destinada a revitalizar la pareja, aunque lejos de ello, para quienes se especializan en este tipo de casos, el verdadero poder de la infidelidad radica en lo oculto, lo clandestino que agrega un sabor extra al erotismo y al encuentro amoroso.
Como lo expresa Bertrand Russell, la infidelidad ocurre, pero no como un hecho ligado a la fatalidad, sino como un resquebrajamiento de la relación primigenia, una ruptura del vínculo, porque en definitiva ser infiel es algo más que tener relaciones sexuales con un tercero para ser primordialmente desleal a un proyecto común.
A raíz de esto, los especialistas recomiendan no buscar las respuestas a una crisis en una tercera persona sino más bien aceptar el desafío de entender que algo no funciona y plantearse el deseo o no de reconstruir la pareja, decisiones que implican fundamentalmente un acto de honestidad con el otro.
Legislación en Argentina
Desde 1995 el adulterio no está tipificado como delito por el Código Penal argentino, aunque sí constituye una causa subjetiva válida para solicitar el divorcio y obligar al cónyuge infiel a cumplir con una serie de cláusulas económicas hacia el damnificado.
Fuente consultada: El Nuevo Diario de Salta