Infidelidad: Indicadores que alarman

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Infidelidad: Indicadores que alarman
Infidelidad: Indicadores que alarman

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Las estadísticas muestran claramente que el 50% de los varones y más del 30% de las mujeres que se encuentran en una relación de pareja cometen adulterio. Esta situación es vista de distinto modo según el género. Por ejemplo, para las mujeres el problema fundamental de la infidelidad no pasa por el sexo sino por el temor que les provoca que su pareja pueda enamorarse de su amante. Para los hombres, en cambio, el encuentro sexual de su compañera con alguien más les genera un rechazo casi “insalvable”, aunque este hecho haya ocurrido una única vez. De un lado y del otro, la mirada y la percepción de este fenómeno varía.

Para ellos, “el respeto y el amor” por la mujer no se mancha por algo pasajero, lo que conduce a que no reconozcan la intimidad con otra persona como una traición hacia la pareja. Esta concepción puede estar vinculada con pautas culturales, según revelan diversos estudios sobre el tema, donde el hombre aparece como el “sujeto actuante”, aquel que es capaz de tomar la iniciativa, lo cual conlleva a una especie de “disociación entre la emoción y la razón”. Para los expertos este tipo de pensamiento fue alimentado desde tiempos remotos, bajo la creencia de que la infidelidad de un varón le otorga el verdadero sentido de la masculinidad, mientras que contrariamente, la de una mujer la descalifica.

 

Pero como para adentrarnos un poco más en el tema, repasemos algunos puntos interesantes:

Mitos y excusas

Los mitos y las excusas del infiel suelen ser diversos y oscilan entre la simple irrupción de un tercero hasta una supuesta acción destinada a revitalizar la pareja, aunque lejos de ello, para quienes se especializan en este tipo de casos, el verdadero poder de la infidelidad radica en lo oculto, lo clandestino que agrega un sabor extra al erotismo y al encuentro “amoroso”.

Como lo expresa Bertrand Russell, la infidelidad ocurre, pero no como un hecho ligado a la fatalidad, sino como un resquebrajamiento de la relación primigenia, una ruptura del vínculo, porque en definitiva “ser infiel es algo más que tener relaciones sexuales con un tercero para ser primordialmente desleal a un proyecto común”.

A raíz de esto, los especialistas recomiendan no buscar las respuestas a una crisis en una tercera persona sino más bien aceptar el desafío de entender que algo no funciona y plantearse el deseo o no de reconstruir la pareja, decisiones que implican fundamentalmente un acto de honestidad con el otro.

Legislación en Argentina

Desde 1995 el adulterio no está tipificado como delito por el Código Penal argentino, aunque sí constituye una causa subjetiva válida para solicitar el divorcio y obligar al cónyuge infiel a cumplir con una serie de cláusulas económicas hacia el damnificado.

Fuente consultada: El Nuevo Diario de Salta

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