Una razón es conjeturar o presentir, pero otra cuestión es tener la evidencia de lo que está ocurriendo, aunque ésta se acepte con astucia o con categórica y rotunda irresponsabilidad. Luego de anotar este breve introito, y para quien no lo sabe, el Intercambio Extraoficial de Favores es sin más vueltas, el archiconocido Clientelismo Político. Esta es la práctica en la cual los titulares de cargos políticos regulan la concesión de prestaciones, obtenidas a través de su función pública o de contactos relacionados con ella, a cambio de apoyo electoral. .