Desde hace décadas el hospital público de nuestra ciudad forcejea como ‘gato panza arriba’ para al menos aspirar a ser de regular para abajo. Lo peor de todo es que se esfuerzan por convencer a la gente (propiciados muchas veces por nuestra falta de sensatez como comunicadores), que las refacciones en la infraestructura son la panacea para nuestros males. .