Escrito por el Dr. Ricardo Aníbal Encina, dedicado a su amada esposa Miriam quien inesperadamente falleció hace un mes. Vaya aquí un adelanto de aquellos versos que saldrán publicados junto a otro material relacionado, en nuestras páginas de la revista ZONA SUR SALTA que aparecerá el 1º de Septiembre de 2022.

Había una vez (todo cuento de hadas comienza así) en el país de las hadas, hace no tanto tiempo, un hada muy bella y la más buena de todas. Tan bella y buena era que enseguida despertó la envidia y los celos de la reina de las hadas, quien al ver lo querida que era esta hada le encargó una tarea muy difícil y que la alejaría de ese lugar, le encargó que en la tierra, debería buscar a un hombre común y transformarlo en el hombre más feliz del mundo y recién cuando cumpla la misión, podría regresar a su país y para hacer la tarea más difícil, la mandó a la Argentina que en esos momentos pasaba por malos momento pensando que esa tarea le iba a ser casi imposible y la  alejaría de quienes la amaban más que a ella por mucho tiempo. Quiso la suerte (prefiero pensar que fue el destino) que la enviaran a Corrientes y que eligiera a un médico joven, recién recibido y muy apuesto para transformarlo en ese "hombre más feliz del mundo” que su reina le pedía, se pegó a él, desde ese día no lo dejó a  sol ni a sombra lo complacía en todo lo que podía, lo acompañó en sus malos y tristes momento, que fueron varios, lo alentaba cuando estaba agotado y hacia muchos más felices sus buenos momentos, hasta que se volvió imprescindible para él, fue la luz de sus ojos, el aire que respiraba tan buena era (es) ese hada que ese hombre no concebía la vida sin ella, y prácticamente  desde el primer día logró su cometido pero como la reina mala no la quería de vuelta ,de vez en cuando mandaba algún tropiezo más para ese hombre, que por supuesto lo superaba gracias a su hada, y además no sé cómo hizo la mala Reina pero le hizo saber a aquel apuesto joven que en cuanto se supiera que ya era el más feliz de la tierra, la llevarían de vuelta a su hada al lugar de donde vino y como aquel feliz hombre no quería perderla, de vez en cuando inventa algún problemita inexistente  para poder seguir quedándose con ella y, además la Reina le puso como requisito,  para mostrarle a las otras hadas que ella  era la más bonita y querida, que cada aniversario del envío del hada a la tierra, es decir su cumpleaños como mortal, la Reina bajaría a este mundo a buscar el más hermoso ramo de rosas rojas, que son las preferidas de las hadas, que ella debería tenerle listo con una bonita etiqueta y la Reina la mostraría a las otras hadas, mintiendo que se las regalaron por ser ella la más buena y linda y así transcurren sus vidas en la tierra y ahora, siento mucho tener que dejarlos porque hoy casualmente es el cumpleaños de mi esposa y por encargo de ella, tengo imperiosa necesidad de conseguir rosas, muchas rosas, hermosas rosas rojas, porque a ella le gustan esas rosas y yo necesito precisamente hoy, conseguirlas, y aunque no las conserva, siempre se las traigo. Y si alguna vez me ven algo triste, estoy aparentando no ser tan feliz… solo por las dudas... y colorín colorado, gracias a Dios, este cuento no ha terminado…

26 DE JUNIO 2016  R.A.E.

Mi amor, recién hoy, después de tu partida  me anime a ver y leer algo de las cosas que te escribí y en las que intentaba resumir la maravilla de persona que eras y lo feliz que me hacías. En ellas te llamaba mi Hada, mi Heroína, Ser de Luz, decía que eras mucho mas linda que la mujer de mis sueños y tantas cosas que me inspirabas y me hacen ver lo maravillosa que eras como Musa inspiradora, que se merecía a un excelente poeta a su lado y no a un simple mortal que pese a amarte y admirarte incansablemente no te pudo hacer justicia describiendo tus virtudes, pero también, en mi modesto desempeño como admirador tuyo, solo retrataba la verdad de la situación, porque siempre fuiste mi Hada, la más buena y hermosa, que me hizo el hombre mas feliz del mundo desde el primer dia que te conoció. Estuvimos 35 años juntos y fueron los más felices de mi vida, solo tengo sentimientos hermosos de agradecimiento hacia vos y no creo que pueda acostumbrarme a tu ausencia, porque cada día te recuerdo mas.

Te recuerdo cada día que comienza, cuando me visto y veo tu presencia en cada prenda que me diste, porque no me he comprado una sola media ni un pañuelo en 35 años, todo me lo comprabas vos!!!  Cuando tengo que elegir qué ropa  usar, en lugar de ponerme lo que habías elegido para cada ocasión, porque era reconocido tu buen gusto para la ropa  y siempre confié en ello te recuerdo cuando salgo de casa porque aún espero tu amorosa despedida terminando siempre con ese :"vení rápido, acordate que te espero" te recuerdo cuando estoy afuera y suena un mensaje entrando esperando releer: "todo bien? , ya venis? Te extraño". Te extraño más cuando ahora no te veo a mi lado, y curiosamente debo cerrar mis ojos para verte claramente y sentir tu presencia. Siempre tu sonrisa me trajo alegría y felicidad, sin embargo ahora no puedo evitar el llanto cuando la veo en tus fotos.

Leyendo y releyendo el cuento que creé para vos en tu cumpleaños, me siento terriblemente culpable, porque tal vez todo ocurrió por no haber podido ocultar adecuadamente que era el hombre más feliz de la tierra y por eso se me hace que la maldita Reina de las Hadas, que concebí en mi imaginación, te llevo de vuelta a su reino.

Siempre me costó despedirme de vos, aunque siempre era por poco tiempo, por eso no voy a despedirme ahora y tal vez me abrace muy fuerte a la esperanza de que la Reina de las Hadas te mande nuevamente hacia mi al ver la condición en que me deja tu partida.

 Esta vez soy yo el que te dice “todo bien? Ya venís? Te extraño" Y MUCHO.