Frecuentemente la vida suele estremecernos con un beso en la boca, pero también (y sin que uno lo pueda anticipar), encajándonos una destructiva trompada de nocaut.
La pérdida de un ser humano que uno quiere, duele. Pero lastima aún más cuando esa persona que uno pierde, estaba preparada para dar una mano a los demás, y no para servirse de ellos.
Tradúzcalo como quiera y póngale el rótulo que usted estime más atinado, pero quizás nunca sabremos cómo en DANIEL AMADO se erigió esa sublime indulgencia que poseía para con propios y extraños.
Filón de Alejandría afirma que el alma humana puede alcanzar tras la muerte corpórea, una vida inmortal. Este es el destino que obtienen las almas virtuosas.
Nosotros seguiremos recordándolo y queriéndolo por siempre.
Escrito por Omar Dantur