- Si la muerte se nos aproxima, haremos todo lo posible para salvarnos, pero si llega, aprendamos a morir con gracia. Luchar contra ella sin cesar, de la forma en que la gente muere en los países occidentales, es realmente una forma horrible de morir. Aunque tengan entre 85 y 90 años, están en un hospital con tubos y agujas por todas partes. No pasa nada si mueres dos años antes, porque es más importante morir en paz y con gracia.
- La muerte es lo último que haces en tu vida, así que ¿no deberías hacerla con gracia?
Debemos aprender a aceptar la muerte como parte de nuestra vida. No estamos deseando la muerte, pero cuando llegue, aprendamos a transitarla con gracia. Lo que veo en los geriátricos de Estados Unidos es que muchas personas viven más allá de su muerte solo por el apoyo médico, y es una gran tortura para ellas mismas y para todos. Deberías ver el trato que reciben en algunas residencias. Al cabo de un tiempo, las personas que trabajan allí se irritan porque estas personas no entienden nada, lo han olvidado todo, y han perdido el sentido común ya que han vivido más allá de su tiempo. Sin tanta contribución médica, habrían muerto con gracia en un momento dado.
Si el cuerpo de alguien se ha dañado más allá de la reparación, hay que aprender a morir con gracia. Hagamos comprender a la persona que está bien, que todos estamos en la cola. No pretendo burlarme de la enfermedad de nadie, pero deberíamos entender dónde acaba una cosa y empieza la otra.
Vivir y morir con gracia
Pero, Sadhguru, ¿qué pasa con las personas alrededor que tienen que verlos morir?
Esto podría malinterpretarse fácilmente porque, cuando alguien pierde a un ser querido, siente como si le hubieran quitado una parte de su vida y pasa por varios procesos de duelo, pérdida y de extrañar muchas cosas que esa persona era. No todo puede ser articulado. Pero al mismo tiempo, no somos los primeros en nacer en este planeta, ni vamos a ser los primeros en morir en este planeta. En nuestras vidas, no sabemos si vamos a recibir educación, a casarnos, tener hijos o hacer muchas cosas en el mundo. Pero sabemos una cosa con certeza: que vamos a morir. Aunque es algo tan obvio, no somos capaces de aceptarlo.
Alguien me preguntaba: «Sadhguru, ¿cómo mueren las serpientes? ¿Dónde mueren? Porque nunca vemos una serpiente muerta a menos que alguien la mate». En particular, las cobras, cuando saben que deben morir, se retiran, buscan un sitio alto en algún lugar, se sientan allí y no comen durante más de dieciocho a veinte días. Morirán allí tranquilamente.
Una criatura rastrera tiene la suficiente consciencia para saber cuánto tiempo debe permanecer en este cuerpo y cuándo debe irse. De manera similar, tu vida y todas las demás vidas tienen esta conciencia de cuándo deben salir del cuerpo, ya sea porque dañamos el cuerpo de alguna manera o porque ya no existe la intensidad necesaria en el cuerpo para sostener la vida. Mientras esté aquí, haremos todo lo posible para preservarla y mantenerla con nosotros porque apreciamos y valoramos esa vida. Pero, una vez que se va, debemos respetar eso, porque esa vida ha elegido irse.
Cuando digo «vida», no me refiero a la persona o a la variedad de pensamientos, emociones y actividades en las que esa persona estaba involucrada. Tú, como persona, nunca quieres irte porque quieres ser un drama psicológico sin fin. Pero la vida quiere partir en un momento determinado. Te guste o no, la vida quiere irse porque no quiere quedar atrapada para siempre en la forma física que has acumulado. Disfruta de la forma física solo durante un cierto período de tiempo. Después de eso, aunque todo esté bien, muchas vidas se van. Verás esto particularmente en la India, los yoguis decidirán cuándo irse. Cuando están muy sanos y bien, se sientan y se van. Otras personas piensan: « ¿Por qué? Estaba sano, ¿por qué debería irse?» ¿Quieres enfermar y morir? ¿Quieres sufrir en el hospital durante tres años y luego irte? Esa no es la única forma de hacerlo.
¿De qué sirve alargar tres meses una vida que está a punto de irse ahora, con todo tipo de soporte vital?
Lo último que haces en tu vida es morir, así que ¿no es muy importante que lo hagas con gracia? ¿No es también importante que, a las otras vidas que están a nuestro alrededor, cuando llegue su momento, les facilitemos que puedan marcharse con gracia? ¿De qué sirve alargar tres meses una vida que está a punto de irse ahora, con todo tipo de soporte vital? Simplemente significa que ignoras la naturaleza de la vida. Quieres aferrarte a algo que conoces y no quieres conocer nada que no conozcas. Conoces a esta persona, has disfrutado de su personalidad, pero no has tocado la naturaleza de su vida porque, a menos que toques la naturaleza de tu vida, no puedes tocar la naturaleza de otra vida.
Así que no tenemos que hablar de la muerte o de prepararnos para la muerte. Lo que tenemos que hacer es experimentar lo que hay más allá de lo que has acumulado como este cuerpo y esta mente. Si te sientas aquí, ahora, y experimentas la vida que eres más allá de estas acumulaciones, no tendrás absolutamente ningún problema con ningún aspecto de la vida, incluyendo la muerte. Debemos comprender que la mortalidad es la realidad fundamental de nuestra existencia. Si no aceptas esto, no conoces ningún otro aspecto de la vida en realidad, solo conoces el drama. Porque esta es la naturaleza más fundamental de nuestra existencia: que somos mortales. Cuando nacemos, se declara que vamos a morir. La única pregunta es cuándo. Te bendigo con una vida muy larga, pero, cuando mueras, debes morir con gracia.
La vejez puede ser una bendición (Extracto de La muerte: la historia contada desde adentro)
Todas las criaturas del mundo, excepto el hombre, parecen saber morir con gracia. Si caminas por un bosque, incluso uno rico en vida silvestre, a menos que se trate de un animal asesinado por un depredador, no encontrarás un cadáver tirado por ahí. No solo en el bosque, incluso en las ciudades, donde las aves son en su mayoría cuervos en estos días, no encontrarás un cuervo muerto así como así. Todos saben cuándo es el momento de morir, así que se retiran a un lugar tranquilo y mueren con gracia. Solo el ser humano se ha olvidado de ello y muere de una forma cada vez más falta de gracia. Cuando llega la muerte, las personas que no supieron vivir, definitivamente tendrán problemas para morir.
En muchos sentidos, la vejez puede ser una gran bendición porque toda la experiencia de la vida queda atrás. Cuando te acercas a la muerte, es una oportunidad porque, cuando las energías se han debilitado y progresan hacia el abandono del cuerpo, es mucho más fácil tomar consciencia de la naturaleza de tu existencia. Cuando eras niño, todo era hermoso, pero estabas ansioso por crecer porque querías experimentar la vida. Cuando te hiciste joven, tu inteligencia fue secuestrada por tus hormonas. Hicieras lo que hicieras, a sabiendas o no, fuiste empujado en esa dirección. Muy pocas personas son capaces de elevar su inteligencia más allá del secuestro hormonal y mirar la vida con claridad. Todas los demás quedan atrapadas en esto. Durante la juventud, cuando el cuerpo está vibrante, es muy difícil tomar consciencia porque estás tan identificado con tu cuerpo que no ves nada más allá de eso...
... en cada paso que das, la edad te dice: «Esto no es para siempre».
Sin embargo, a medida que envejeces, esto disminuye. A medida que el cuerpo pierde su vitalidad, te vuelves más y más consciente porque no puedes identificarte con ese cuerpo que está en retirada. Cuando llegas a la vejez, todos los anhelos han terminado y te queda la experiencia de toda una vida. Así que, una vez más, eres como un niño, pero tienes la sabiduría y la experiencia de la vida. Puede ser una parte muy fructífera y maravillosa de tu vida. Si cuidas bien tu proceso de rejuvenecimiento, la vejez puede ser una parte milagrosa de tu vida. Por desgracia, la mayoría de los seres humanos sufren su vejez simplemente porque no cuidan adecuadamente su proceso de rejuvenecimiento. En su vejez, muy pocas personas pueden siquiera sonreír. Esto se debe a que lo único que conocían en su vida era el cuerpo físico. Una vez que el cuerpo comienza a menguar, se les van los ánimos para todo. Puede que no hayas enfermado, no es necesario que hayas llegado un cáncer terrible, pero, en cada paso que das, la edad te dice: «Esto no es para siempre». Si te estableces en otras dimensiones de experiencia, el cuerpo se convierte en algo fácil de manejar. La vejez, e incluso la muerte, puede ser una experiencia gozosa. Para esto, necesitas saber cuándo salir, y salir con gracia.