Homenaje en vida en un programa memorable

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Homenaje en vida en un programa memorable
Homenaje en vida en un programa memorable

Homenajear a nuestros extintos sirve como un legado futuro. Recordar todo el tiempo a referentes de nuestra cultura, del deporte, de la política, de la salud, de la educación nos tiene que parecer bien, porque nos enseña el camino hacia una vida más íntegra y completa. Cada persona sabe lo siente y se expresa como puede. No todos somos iguales, ni reaccionamos de la misma forma ante estas circunstancias.

Pero entiendo que es absolutamente reconfortante demostrar el cariño y la admiración que uno siente por determinadas personas, mientras esta en vida.

Nadie nace sabiendo cómo manejarse en la vida, pero sí que podemos mejorar mucho nuestro espíritu, aprendiendo a decir las cosas a tiempo. Y quiero que se entienda bien cual pretende ser el alcance de esta nota

A mí, en varios momentos de mi vida me entristeció enormemente no decir a tiempo lo que realmente admiraba a aquellas personas. Hoy me doy cuenta que… ¡Había que abrazarlos, mandarles algún audio por whatsapp o un simple mensajito, y homenajearlos cuando estaban vivos!

Y todo esto, obviamente lo traslado a nuestra vida cercana, íntima, familiar. ¡Cuántas miles de veces nos quedamos con cosas por decir cuando se nos va alguien!

Nosotros siempre nos quedamos con frases como “Me hubiera gustado decirte que…”. Esto es una proclama de nuestra cobardía, nuestra torpeza y uno de nuestros más grandes errores ¡Hablemos ahora, carajo! ¡Hablemos antes de que esas personas ya no estén entre nosotros! De alguna manera me estremece pensar que muchas personas a las que admiro se vayan, sin saber toda la admiración y el respeto que les tengo. En parte, la entrega de los Premios Zona Sur que veníamos haciendo año tras año hasta el 2017, en el fondo buscaba ese reconocimiento en vida para seres humanos que entregan lo mejor de sí, para que el don de gente no se desaparezca entre nosotros.

Yo impulsaría más a menudo estos reconocimientos en vida, para llenar de homenajes a seres que todavía respiran, comen y cantan. Porque ellos nos acercan a los que amamos, y resignifican su existencia cuando todavía nos queda tiempo para abrazarlos. Cuando alguien muera, no quiero pensar “me hubiera gustado decirte que…”.

Hace 4 años (el martes 11 de marzo de 2016) con el título ‘PEPÍN, ILUSTRE MAESTRO DE LA VIDA’, le hicimos un humilde homenaje en mi programa radial VÍA BUENA, que se emitía por FM ANTA de lunes a viernes. Tanto FM ANTA (propiedad de Marcelo Wayar) como FM LA ESPERANZA (dirigida por ‘Pepín’ González), son las dos primeras emisoras radiales de Joaquín V. González y del departamento de Anta, con 30 años de existencia aproximadamente.

Más allá que algunos alimentaron el mito de la rivalidad entre las dos radios más longevas de JVG, la verdad es que nunca se plantearon diferencias medulares entre ambas. Solo hubo siempre un sano desafío de iguales. Los dos directores se estimaban mucho, y tanto es así, que a Wayar le resultó muy satisfactoria la invitación a nuestro espacio, del director de la ‘competencia’.

Por entonces don José Antonio ‘Pepín’ González tenía 65 años.

En aquella ocasión lo presentamos como uno de los referentes más importantes de comunicación en nuestra región. Dueño de una asombrosa vivacidad, admirado por su carisma e inteligencia. Merecidamente, un hombre muy querido y respetado, no solo en nuestros pagos, sino también, en cualquier lugar que él se encuentre.

Como ya dijimos Pepín era director de FM La Esperanza, pero también de Elade SRL (televisión por cable). Además, ocupaba un lugar importante dentro de la Red Intercable, ya que desde el 2000, era director de la Región Norte. Cabe destacar que la Red Intercable, nuclea a cableros de todo el país.

En la entrevista Pepín recordó aspectos de su infancia, destacando la educación recibida por su padre, basada en valores primordiales como la honestidad y el respeto hacia los demás. Allí recordó, que precisamente su padre renunció a la intendencia de El Quebrachal, cuando una vez sintió amenazada su integridad moral, como consecuencia del ejercicio de esa función.

En otro pasaje de la nota, haciendo referencia a su esposa 'Chini', comentó: “no sé si le irá a gustar mucho a mi mujer que cuente estas cosas, pero debo confesar que el día 4 de enero cumplí 50 años de conocerla. Yo la conocí un fin de semana en la pileta de Meyer, cuando ella vino de Buenos Aires para pasar las vacaciones acá. Después se fue a terminar sus estudios secundarios en Castelar. Luego nos reencontramos 3 años después, y de ahí no nos separamos nunca más. Hemos tenido cuatro hijos Viviana, Juan José, Analía y Cucú, que dicho sea de paso, son lo mejor que tengo en la vida. La familia chica como digo yo”.

La intensidad emotiva se produjo a mitad del programa, cuando las primeras sorpresas vinieron en la voz de sus hijos. Primero Juan José, después Analía y finalmente Cucú, quien desde Tucumán y a través de internet, seguía atentamente la entrevista. Todos valoraron su ejemplo de honestidad, tolerancia y el de ser una persona de bien que siempre ayudó a los demás. Pepín se conmovió cuando escuchó a su hijo Juan José, recordar el momento en el que se recibió de odontólogo: “el día en que yo me recibí, no lo veía a mi papá en la sala. Cuando salí del recinto, lo encontré llorando en el patio. Su emoción me impresionó mucho, porque estaba directamente relacionada con el hecho de que él no pudo darle eso a su padre. Yo noté que él sintió que ese título, era una forma de agradecerle a su viejo. Ahí me di cuenta lo que uno significa para el Tata, y de lo que él significa para mí. Yo soy lo que soy gracias a mis viejos. Y ahí también me di cuenta, que ellos siempre han estado apoyándome en todo”, concluyó Juan José.

Finalmente VÍA BUENA hizo entrega de un sencillo recordatorio, en el cual se agradeció todo lo que el contador José ‘Pepín’ González aportó y  a nuestra comunidad. Todo lo que hizo en función de elevarnos como sociedad y también, por ser una persona auténtica en sus convicciones y virtuosa en su proceder.

Aquella tarde hicimos un programa memorable, que estoy seguro, lo hizo inmensamente feliz.


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