La hipocresía como mal social

- OPINIÓN

La hipocresía como mal social
La hipocresía como mal social

Como defecto, la hipocresía abarca un aspecto relevante de la persona. Y como vivimos en sociedad, este defecto también acarrea consecuencias para la comunidad.


Aquellos que son Cristianos, seguramente abrán leído cuando Jesucristo denunció con elocuencia este defecto: "¡Hay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas! ".

Dentro de las causas más frecuentes de este defecto está el temor a “quedar mal”. Preferimos muchas veces no decir lo que pensamos y asentir lo que otros hacen y piensan, aunque sea objetivamente una mentira.

Es un acto concreto de hipocresía no querer que se sepan nuestros errores como personas, para evitar que se nos reproche, y no hacernos problemas con lo que algunos podrían no están de acuerdo. Preferimos sumarnos a las posiciones erradas para quedar bien, y no defender la verdad.

Es un acto de hipocresía es criticar a los demás por estimarlos como falsos o tener ciertas actitudes, y no querer admitir que hacemos lo que criticamos a los otros.

Una manifestación de esta conducta que causa mucho daño social se da lamentablemente en la política, con aquellos que afirman cosas que más tarde, cuando ocupan cargos de poder, no ponen en práctica. En gran medida el desprestigio de la actividad política proviene de las conductas erráticas de nuestros representantes, que dicen con pompa y circunstancia lo que luego no hacen.

El remedio contra este mal está en buscar siempre la verdad. La búsqueda de la verdad nos llevará a vivir la virtud de la humildad. Si luchamos por ser humildes no necesitaremos aparentar nada. Seremos y aceptaremos lo que Dios efectivamente ha previsto para nuestra vida. Nuestro gran desafío es hacer de la humildad un estilo de vida, una forma de ser que nos lleve a relacionarnos con los demás, de la mejor manera posible.

Tenemos que estar atento a luchar contra la hipocresía, siendo conscientesque son manifestaciones de este defecto exigir a los demás hechos o acciones que nosotros no estamos dispuestos a hacer.

Pidamos a Dios ser espejo de humildad, y que nos ayude a luchar siempre contra la hipocresía.

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