Los factores modernos, como el individualismo y la facilidad de divorcio, sumados al estrés diario, pueden hacer que el amor inicial evolucione a etapas más complejas, pero no necesariamente duraderas. El matrimonio necesita más que amor para prosperar: necesita trabajo, adaptación y la construcción de un “nosotros” sólido.
La razón principal actual del matrimonio es una combinación de motivos personales y sociales, que incluyen el amor, el compromiso y la compañía, así como la búsqueda de seguridad emocional, financiera y la creación de una familia. El matrimonio moderno se ve también como una forma de construir y crecer juntos en una sociedad que valora la unión formal y el apoyo mutuo.

LA VIDA MODERNA Y EL ESTRÉS
El estrés diario, las responsabilidades (como la crianza de los hijos o las finanzas) y el hecho de pasar juntos más tiempo, pueden a apagar las llamas iniciales del amor y hacer que las parejas se alejen si no gestionan bien la rutina.
En la actualidad, las personas también son más individualistas. Si no se logran crear un espacio de “nosotros” fuerte y compartido que integre a ambas individualidades, la relación puede fracasar. Lo mismo ocurre si no hay desenvoltura para comunicarse, ya que la falta de comunicación, compromiso y respeto, junto con el miedo al abandono y la baja autoestima, son bases sólidas para la falta de duración de las relaciones.

Pero, ¿de verdad es el matrimonio lo que mata el amor, o es la forma en que lo vivimos?
Si es bien llevado, el matrimonio no se apaga, se potencia. Y las claves son: comunicación, respeto y enamoramiento constante. Porque sin enamoramiento, el amor pierde su sabor y ahí es cuando se debilita.