“Prefiero una mesa con pocos, pero con los correctos”

- OPINIÓN

 “Prefiero una mesa con pocos, pero con los correctos”
“Prefiero una mesa con pocos, pero con los correctos”

No me interesa rodearme de multitudes, ni de aquellos que solo están cuando las luces están encendidas.

Con el tiempo aprendes que la lealtad es algo que no se dice, se demuestra. Que la verdadera compañía no es la que llena una habitación, sino la que llena un silencio sin hacerlo incómodo. Prefiero una mesa con pocos, pero con los correctos. Prefiero la honestidad de un café sincero a la falsedad de un banquete lleno de egos.
Prefiero una mesa con pocos, pero con los correctos.

La fama puede llenar salas, pero no vacíos.

Al Pacino, con años de cámaras, aplausos y escenarios, lo entendió muy pronto: no todos los que se ríen contigo son compañía, ni todos los que te aplauden están dispuestos a quedarse cuando se apagan las luces.
No hablaba de elitismo. Hablaba de verdad.
De esos amigos que no presumen su presencia, pero se hacen notar cuando hace falta. De esas conversaciones en silencio que dicen más que mil discursos. De lealtades que no se gritan, se sostienen.

En un mundo donde muchos eligen estar rodeados para no sentirse solos,
él eligió estar solo antes que mal acompañado. Y eso no es soberbia. Eso es paz.

No me interesa rodearme de multitudes, ni de aquellos que solo están cuando las luces están encendidas…”
Porque hay vínculos que no necesitan público. Solo respeto, mirada limpia y café compartido.

Este artículo está optimizado para dispositivos móviles.
Leer Versión Completa